sábado, 28 de diciembre de 2013

Prórroga presupuestaria. Parlamento cerrado por obras


[Columna semanal en Asturias24 (www.asturias24.es). Sábado, 28 / 12 / 2013.]
El cierre de los presupuestos en Asturias es, efectivamente, un cierre. Una liquidación en toda regla. Las decisiones políticas y ejecutivas más importantes de 2014 serán una reposición de las tomadas en 2013, como si fueran una serie barata en un canal televisivo de poco presupuesto.
Sus Señorías, no sin esfuerzo, lograron pactar sus salarios en reuniones habidas antes y después de las vacaciones veraniegas. Debió haber diferencias entre ellos, pero desde el principio sabían que aquello no podía quedar sin hacer. Todos sabían además que sobre sus emolumentos tenían que coincidir en lo esencial, así que se dejaron de partidismos miopes, renunciaron a todo protagonismo y todos a una, como Fuenteovejuna, dieron al mundo un ejemplo de actitud constructiva y llegaron a un acuerdo unánime, sin vencedores ni vencidos, sin mayorías ni minorías. Por alguna grieta debió entrar algún soplido de la irritación pública con sus exenciones fiscales, sus kilometrajes y sus privilegios y no lo olvidaron en la retórica con la que hicieron públicos sus acuerdos. Por eso insistieron en que ahora sí iban a pagar IRPF por no sé qué concepto que hasta ahora no tributaba. Todo un baño de normalidad ciudadana.
Con tan buenos augurios, cabía pensar que la negociación presupuestaria sería también modélica. Dada la situación, también tenía que haber coincidencia en algunos mínimos. Era evidente que aquello sí que no podía quedar sin hacer. Por la economía, por política, por responsabilidad, por autoestima, por decoro. Por la gente. Como diría la Iglesia, por tantos. Pero se ve que el esfuerzo de las negociaciones de sus salarios fue agotador y no tienen fuerzas para más.
Javier Fernández parece haber entendido mal la transparencia por la que clama la población. Él interpreta lo de ser transparente en un sentido muy literal y convierte la transparencia en invisibilidad e irrelevancia. No hay presencia, no hay liderazgo social ni representación exterior. Cualquier ministro del tres al cuarto puede venir por aquí a decir que la variante ya no entra en ninguna agenda sin la menor agitación. El Presidente es el primer responsable de entenderse con alguien, ese es el mandato que recibe y su compromiso de partida. Suyo es el fracaso del desacuerdo. En varios lances dio la sensación de pinchar a sus socios, sobre todo de IU, de tantear su resolución, a ver si se atreven a romper, como especulando a ver quién pierde más.
Ignacio Prendes, el grupo entero de UPyD, da la sensación de ir siempre con un pinganillo en cada oreja, uno para repetir lo que le dice Rosa Díez y otro para escuchar la abrumadora cantidad de consejos que debe recibir de tanto asesor como se gasta (como nos gastamos, quiero decir). Él e Izquierda Unida rompieron su acuerdo con el PSOE, en primer lugar, como dije, porque el Gobierno no hizo su trabajo, que era entenderse con ellos. Pero no podrán evitar que todos percibamos lo obvio: el punto que cambió la disposición de los dos a entenderse con el Gobierno fue la reforma de la ley electoral y el berrinche principal fue un aspecto de poco fuste: la circunscripción electoral única de Asturias y el correspondiente baile de escaños a favor de los dos enfurruñados, que así exhibían sus prioridades. En eso se fue la estabilidad del gobierno, como se dice ahora para todo, con la que está cayendo. El discurso de IU sí parece una reposición, tan inevitable y cíclica como el Juan Tenorio el día de Todos los Santos en la televisión tardofranquista. Tienen una enorme expectativa electoral, lista para ser dilapidada por necedad. Tiempo habrá de balances.
El PP parece una niña pequeña moviéndose a un lado y otro porque le tocó delante un señor muy grande que no les deja ver la función. El Foro se plantó como un tronco en la derecha asturiana y el PP da vueltas alrededor buscando un sitio por donde asomar la cabeza. Gabino buscaba lugar por la responsabilidad y altura de miras, a ver si quedaba hueco en ese pastizal. Cherines asomaba la cabeza por otro lado, el de la coherencia estratégica y la doctrina, sin muchas ganas. Y el Foro sigue ejerciendo de derechona y pintándose la cara con ribetes asturianistas. Ninguno de los dos llegó a entrar en el debate, aunque es verdad que tampoco se les esperaba.
Sus Señorías, todos cargados con sus razones, dejan a la Comunidad Autónoma en prórroga presupuestaria. Ya no se trata del daño contable. Es la sensación reiterada que dan de que no son capaces de nada y la percepción de que no hay nada en Asturias que no sea decadencia. Debería dolerles ser el epicentro de esa imagen interior y exterior de Asturias. Ya que los dos ex-socios del PSOE intentaron una experiencia pionera en Asturias con la ley electoral, porque incluía una cierta apertura de listas, podían coger carrerilla y proponer otro experimento audaz. Si no son capaces de hacer unos presupuestos y hay que funcionar con prórroga, sencillamente que cierren el parlamento por un año y dejen a los funcionarios que ejecuten de oficio las partidas presupuestarias. Para qué cargar este año con sus tres mil o cuatro mil euros al mes, sus kilometrajes y dietas, sus iPads y todas sus lindezas. Las reposiciones siempre fueron más baratas que las series originales. Si vamos a tener a Asturias conectada a la máquina en funcionamiento vegetativo, al menos ahorrémonos los costes y no sigamos tirando dinero como si hubiera un parlamento gestionando nada. Seamos pioneros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario