“… hasta que mueras y
regreses al polvo,
porque tú saliste de allí.
Polvo eres
y en polvo te convertirás.” (Génesis, 3-19).
Ni las autoridades educativas desde
los ochenta para acá, ni mucho menos los Reyes Católicos Wert y Gomendio,
parecen entender cuánto de nosotros empezó en Grecia. El polvo del que venimos
en estas latitudes es Grecia. Mal está que las autoridades lo olviden e incluso
que lo desconozcan. Pero peor está que las autoridades consigan ocultarnos que Grecia
es también el polvo en el que nos podemos convertir, dados los lodos en que la
UE convirtió aquellos polvos. Algunos andan con la brújula de la actualidad
averiada y llevan errantes por Venezuela desde hace meses, buscando allí no se
sabe si amenazas chavistas o el oro de Moscú. En unos casos, este extravío se
debe a la agitación que les produce la emergencia de Podemos y al consiguiente
desorden argumental y analítico. En otros casos y otros medios, el temor a esta
formación les llevó a esa propaganda premeditada y tan bien teorizada por
Goebbels de imputar tus debilidades al rival y de acumular sobre él acusaciones
rápidas y dispersas, para que su defensa le haga parecer un tonto quitándose
moscas. Así Susana de los EREs anda rascando presuntas becas black y acusando a
Podemos de no querer más que el poder (¡desde el PSOE andaluz una cosa y otra!)
y así andan editorialistas y columnistas explicando y analizando cuánta
delincuencia hay en Venezuela.
En Grecia, no en Venezuela, es donde se están discutiendo
las cosas que son de nuestra incumbencia. La crisis política lleva a unas elecciones en las que puede ganar
un partido que ni acepta que Grecia tenga la deuda que dicen ni acepta la
austeridad presupuestaria que le impone la Troika. Deuda, recortes, Troika.
Aquí sí estamos hablando de nuestros asuntos.
Syriza, el partido díscolo, quiere
reestructurar la deuda desde varios ángulos. Algunos no tienen que ver con
nosotros, pero otros nos tienen que sonar familiares. Las familias griegas se
endeudaron en créditos y más créditos por lo fáciles que les ponían las
condiciones los bancos. Todo el mundo a comprar. En Grecia, como en España, no
había tanto dinero, pero los bancos europeos privados tenían mucho porque se lo
facilitaban los bancos centrales. Invertían en países como Grecia porque la
rentabilidad era alta y, aunque el endeudamiento era imprudente, llegado el
caso confiaban en que las poderosas instituciones europeas obligasen a Grecia a
pagar la deuda, así tuvieran que echar los hígados los habitantes. Y en eso
están. Syriza, primero con radicalidad y ahora con prudencia, plantea lo obvio.
La deuda griega es impagable. Podemos ponernos del lado de los bancos que
metieron cantidades absurdas de dinero para préstamos que no se podían devolver
y entonces apretamos a la
sociedad hasta el límite, con la cantinela de que la culpa es de todos. O
también podemos no pagar tanta deuda y decirles a los bancos que no debieron
invertir tanto en préstamos que sabían que no se podían pagar, que simplemente
hicieron mal su negocio y es lógico que tengan algunas pérdidas.
Syriza plantea también las
presiones y sobornos, abultados sobornos, que grandes multinacionales hicieron
para que los corruptos gobernantes griegos sangraran las arcas públicas en
compras absurdas en defensa y sobregastos en los
juegos olímplicos. Es lógico preguntarse si la corrupción de empresas de
armamentos, multinacionales electrónicas y políticos sin escrúpulos debe ser
pagada por los ancianos griegos o algunos de esos elefantes económicos tienen
que quedar sin cobrar al menos algo.
Todo esto es música que debería
sonarnos. Aquí también tuvimos el despiporre del crédito y el endeudamiento
privado por los mismos motivos que Grecia. Y también aquí sabemos mucho de
sangrías en aeropuertos sin aviones, decisiones políticas en beneficio propio
futuro y puteríos y jaujas de ex-gobernantes a costa de todos esos dineros
bancarios. Debería ser normal que cualquier partido que pueda gobernar en
España levantase la voz y exigiera una discusión y una auditoría seria de la
deuda, para que ver qué debemos exactamente, no vayamos a pagar con nuestros
derechos básicos las juergas de unos cuantos golfos y los malos negocios de
quienes hacían mal su negocio confiando en que al final la autoridad nos pasase
la cuenta a nosotros. Debería ser
normal si no fuera porque esos mismos golfos siguen mangoneando en los partidos
que vinieron gobernando hasta ahora.
Y no perdamos de vista otra
cuestión de nuestra incumbencia. La Troika considera que Grecia está mejorando.
La población perdió la cuarta parte de su salario, paga más impuestos, muchos
se quedan sin jubilación, el paro aumentó y están sin asistencia médica ni
becas. Pero todo va mejor. Sobre España, con la población claramente
empobrecida y mermada de derechos, el Eurogrupo aplaude la “ambiciosa
agenda de reformas” emprendida y anima a proseguir en su aplicación. La bajada
de salarios, la retirada de asistencia pública, la desaparición del derecho
laboral y demás es una “ambiciosa agenda de reformas” en la que hay que
“profundizar”. Esta valoración nos lleva a conclusiones que deberían ser
obvias. No estamos en una crisis, sino en un cambio de régimen. No nos quitan
el médico y las becas porque ahora no haya dinero, sino porque no quieren una
sociedad con sanidad y educación universal.
Este gobierno no tomó ninguna
medida que repugne a su manera de pensar. Todas son medidas que venían siendo
reclamadas tal cual desde la banca, la patronal y, en los asuntos de su
incumbencia, por la iglesia (salvo el canguelo que les dio el estupor colectivo
por la ley del aborto). Emilio Botín apenas pudo disimular su euforia y no se
fue a la tumba con la sonrisa puesta por el estropicio de Cataluña y la
inesperada aparición de Podemos. Ahora están pregonando una falsa recuperación
que no puede engañar a nadie, pero que sí puede hacer un efecto en el ánimo de
algunos. La suerte que tienen los villanos mentirosos es que la gente necesita
esperanza y que le digan que todo irá mejor. La esperanza es lo que está
manipulando la propaganda actual, pero que nadie se engañe. El PP, sólo o un
poco desteñido con PSOE en coalición, “profundizará” si se le deja en las
“reformas” y vendrán más recortes. Si se le deja. Veamos qué pasa en Grecia.
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